La imagen de Jaime ‘Tubo’ Gómez recargado en su portería mientras lee una historieta, es una de las más emblemáticas en la historia de Chivas. O quizás la más. El 24 de abril de 1955, la cancha Felipe Martínez Sandoval —mejor conocida como Campo Oro— era sede de un nuevo enfrentamiento entre Chivas y Atlas, en el que el Guadalajara había tomado una amplia y prematura ventaja que era tierra fértil para alguna burla para los Zorros.

Gómez era blanco de las constantes consignas desde la tribuna de Sombra Numerada del Campo Oro, sitio donde se alojaban los simpatizantes de los rojinegros. Pero con las facilidades que le brindaba Atlas para no tener inminente peligro en su área, el Tubo se dio el lujo de maquilar un plan para vengarse de quienes le recriminaban desde la tribuna, sin imaginar que estaba por regalar la estampa más representativa del odio deportivo que existe entre el Rebaño Sagrado y el Atlas.

Mellone Gutiérrez, la estrella que fue opacada por el ingenio de Tubo Gómez

Pero más allá de la fotografía que quedó para la posteridad, el ingenio del guardameta rojiblanco no hubiera florecido de no ser por el arrollador partido que dieron sus compañeros. Particularmente uno de ellos. Corrían apenas 30 segundos de haber iniciado el encuentro, cuando Crescencio ‘Mellone’ Gutiérrez marcó el primer gol para Chivas.

De no haber sido por el protagonismo que adquirió el Tubo tras su genial ocurrencia, este Clásico Tapatío sería recordado como el juego en que Mellone humilló a la Academia. Y es que además de su gol prematuro, tuvo una actuación endemoniada.

Doblete de Mellone y baile de Chivas al Atlas

A los seis minutos de juego, Jesús ‘Chuco’ Ponce ya había conseguido el segundo gol para dejar pasmado al equipo atlista. Tal fue el shock en los rivales, que un minuto después, nuevamente Mellone hizo de las suyas y puso el 3-0 que comenzaba a ser alarmante para los acérrimos rivales del equipo más querido de México.

Al minuto 16, el goleador Adalberto ‘Dumbo’ López marcó el lapidario 4-0, pizarra que propició la pícara reacción de Tubo Gómez, cuando cerca del medio tiempo, ante la nula llegada rojinegra, el portero rojiblanco pidió la historieta que cargaba un aficionado y se sentó a leerla lejos de la mirada del árbitro, para no ser sancionado.

Todavía Pachito Flores a los 54 minutos clavó el definitivo 5-0, un marcador que pasó a segundo plano gracias a Tubo Gómez. Así como también se olvidó que aquella tarde, Mellone Gutiérrez marcó un doblete y dio uno de los mejores partidos de su vida, solo para que el portero se llevara los reflectores.