Chivas de Guadalajara, al mejor estilo de Dr Jekyll y Mr Hyde, ha mostrado dos rostros muy diferentes en este semestre y al menos ha cumplido, hasta la fecha, con la misión de mejorar su desempeño en casa y hacer del Estadio Akron un fortín inexpugnable pero ha sido a un alto costo.

La personalidad del Rebaño Sagrado en el Torneo Apertura 2018 es muy distante a la mostrada en este Clausura 2019 al revertir una crisis que atravesaba como anfitrión y que mejoró claramente al sumar tres veces más puntos en comparación al pasado semestre, pero eso le ha costado sostener su desempeño como visitante.

Los rojiblancos en este Clausura 2019 han vuelta a ser un equipo fuerte e imbatible en casa, pero con desorden y errores en los partidos fuera del Estadio Akron, donde solo logró vencer a Cruz Azul en el comienzo de la campaña.

José Saturnino Cardozo, director técnico de Guadalajara, ha conseguido devolverle fuerza a su plantel en casa tras enfocarse en la labor de una férrea defensa, que no ha concedido goles en la Liga MX en esa condición, pero que de visitante se ha visto vulnerada con facilidad, sobre todo en las últimas dos salidas a Aguascalientes e Hidalgo.

Este canje de roles para fortalecerse en casa ha logrado, a diferencia de torneos anteriores, que Chivas logre colocarse entre los primeros lugares de la clasificación general y mantenerse en puestos de Liguilla, para tratar de regresar a la Fiesta Grande.