La salida de Fernando Gago rumbo al club que lo vio nacer como futbolista se empezó a trabajar desde hace unos meses, cuando Boca Juniors logró la venta al Chelsea del juvenil Aaron Anselmino, quien comparte representante con el ahora exentrenador de Guadalajara.

En esas negociaciones, cuando viajaron a Londres para cerrar el acuerdo, en el trayecto coincidió el agente Diego Merino con Raúl Cascini y Marcelo Delgado, dos integrantes del Consejo de Fútbol de Boca Juniors. Ahí empezaron los sondeos.

Boca Juniors sabía el “sí” de Gago

El reconocido periodista argentino, Martín Liberman, reconoció que se trataron de una serie de jugadas orquestadas por el presidente del equipo argentino, Juan Román Riquelme, además de la ilusión que tenía el propio Gago por dirigir al club del cual es un seguidor más, los que provocaron que se diera el pago de la cláusula de rescisión del entrenador con el Rebaño Sagrado.

“Fue una artimaña orquestada desde Argentina por Riquelme. Una maniobra maquiavélica para desgastar a Gago y que tenga que salir, sí o sí de Chivas. Que no le quede otro camino. Lo dejaron débil con tal de forzar su salida. Esta negociación es típica de la dirigencia de Boca. Gago fue partícipe, sobre todo en el tramo final”, explicó Liberman en un programa de TUDN.

Y fue justamente esa plática con el representante lo que le dio garantías a la dirigencia de Boca Juniors: “Sabían muy bien que muere por Boca. No le importa cuánto va a ganar en el contrato. Le hubiera gustado que sea de otra manera. Sabían de la debilidad que tiene Gago por Boca, que iba a decir que sí con todo y que gane menos dinero. Estaba entregado cuando Boca tocara la puerta”.

Hubo otro motivo sentimental

De igual forma, el comunicador dejó en claro que además del cariño que tiene por la institución que lo debutó como futbolista, también le pasó por la cabeza otro motivo de peso en el tema personal para acelerar la vuelta a su país: “Extraña a sus hijos que se quedaron en Argentina. Sabían que había un contexto favorable”.

De esta manera se fue cocinando el final de la era de Fernando Gago al frente del Rebaño Sagrado.