Un 14 de junio como hoy pero de 2005, las Chivas consumaron uno de los resultados más históricos que se recuerden para el futbol mexicano. El Guadalajara se metió a la cancha de Boca Juniors, la Bombonera, para defender un 4-0 que habían conseguido en el juego de Ida en el Estadio Jalisco. El Rebaño Sagrado aguantó el 0-0 y selló su boleto a Semifinales de la Copa Libertadores de ese año para provocar la furia de un equipo Xeneize que demostró su impotencia con un escupitajo de su entrenador Chino Benítez al Bofo Bautista.

Y no era para menos ese sentimiento de dolor en el equipo bonaerense, pues se trató de una de las eliminaciones más dolorosas y escandalosas de su historia en la Libertadores. Fue un golpe atípico para aquellos años en los que el Xeneize dominaba a placer la copa. En cambio, el equipo de Jorge Benítez no pudo concretar en la revancha de los Cuartos de Final en La Bombonera. 

Un José de Jesús Corona imperial para Chivas vs. Boca Juniors

La figura de aquel encuentro fue ni más ni menos que el portero que llegó como refuerzo para sustituir al seleccionado nacional Oswaldo Sánchez, José de Jesús Corona, quien se erigió como el artífice de ese 0-0 al resguardar la cabaña rojiblanca con gallardía y pundonor. De hecho, el duelo fue anecdótico en lo deportivo porque Boca jamás estuvo cerca de la hazaña; en cambio, el cotejo quedó marcado como un penoso capítulo en la historia del club argentino por el escupitajo del Chino al Bofo Bautista.

Por si fuera poco, aficionados al equipo que años después perdió la histórica Final de 2018 contra River Plate en Madrid, ingresaron a la cancha en busca de saciar la cólera que les invadió a causa de la humillante paliza recibida. Fue cuando el duelo entró en su fase final que se desató un escándalo que quedó en las memorias de la Libertadores.

Cabezazo de Palermo al Bofo y el inicio del desastre

A 15 minutos para el desenlace, Raúl Cascini se volcó contra el Bofo Bautista y le metió un cabezazo que el árbitro Martín Vazquez solo sancionó con falta, como solía ser de localista el arbitraje en Libertadores cuando jugaba un club mexicano en esas tierras. Fue entonces que Martín Palermo se metió en la confrontación, empezó a insultar al delantero del Rebaño y terminó dándole otro cabezazo.

El juez uruguayo, inexplicablemente, expulsó a ambos aunque terminó por perjudicar claramente al equipo más querido de México, pues para las Semifinales, no pudo contar con Bautista. La salida del delantero fue el estallido de la locura Xeneize. Chino Benítez, cobardemente, escupió al Bofo mientras éste se dirigía al vestuario. Y por si fuera poco, cuando ya casi terminaba con la travesía, un fan vestido con la 8 de Riquelme, en ese entonces en el Villarreal, se metió a la cancha y le propinó un puñetazo. 

La policía hizo oídos sordos y el fanático pudo regresar a su butaca con la complicidad de las autoridades y con ayuda de otros simpatizantes. En tanto, parte del público lanzaba diversos objetos al área de Jesús Corona, por lo que el árbitro terminó por suspender el encuentro y decretó la clasificación de Chivas. Una noche para la historia que será recordada por siempre, como el día que el Guadalajara hizo llorar de coraje a la Bombonera.