Durante los días pasados, Carolina Jaramillo se mantuvo alejada del ojo público y solo mandó algunos mensajes entre líneas como el famoso “hasta donde tope”, que compartió en par de ocasiones en sus redes sociales. Y así, después de un culebrón del que fue protagonista junto a Yamile Franco desde aquel 16 de septiembre cuando se perdieron ambas el Clásico entre Chivas Femenil y América por una supuesta indisciplina, Caro ha vuelto por la puerta grande.
Chivas Femenil igualó 1-1 con las Tigres en la recta final del torneo Apertura 2024 de la Liga MX Femenil, en un semestre más que complicado, lleno de problemas internos y una seguidilla de malos resultados que las tienen lejos de la parte alta de la clasificación general. Pero el castigo para Jaramillo y Franco finalmente topó con su techo y pudieron volver a una convocatoria.
Yamile Franco, la primera suspendida en voler
Primero, Casandra Montero sufrió una lesión muscular y no pudo continuar, por lo que Joaquín Moreno se decantó por acelerar el regreso de Yamile Franco antes de finalizar la primera parte. Ya con 76 minutos de tiempo corrido, en un cobro de tiro libre, Lizbeth Ovalle fue directo al arco y con colaboración incluida de Celeste Espino, ya que el balón se coló entre sus manos, cayó el primero del partido para las Amazonas.
Fue entonces que inmediatamente, Quino Moreno respondió y mandó llamar al campo a Jaramillo, en busca de darle vuelta al resultado. Y ocurrió en una pelota dividida en tres cuartos del terreno felino, cuando Gaby Valenzuela ganó y habilitó a Caro para asistirla. La número 8 rojiblanca no perdonó y rompió el cero para poner el empate en el marcador. Lo celebró como nunca, pues era la justicia haciendo su parte.
La sonrisa de Carolina Jaramillo tras su gol
Caro sonrió y gritó tan fuerte que evidenció que algo se guardaba en el fondo de su corazón y por fin había podido sacarlo. Era su momento de redención y una cachetada con guante blanco a quienes hicieron de estos últimos días un calvario para ella al manejar un conflicto interno de una forma opaca y misteriosa, como si ellas fueran auténticas irreverentes. Pero Jaramillo, esperó hasta donde topó y se ha salido con la suya.