Oswaldo Sánchez, legendario portero de las Chivas de Guadalajara, ganó sólo un título en su paso muy recordado por la institución tapatía y ese trofeo le bastó para enamorarse de la playera rojiblanca y sentirla a tal punto, que en alguna entrevista prefirió ese campeonato histórico logrado desde la repesca en el Torneo Apertura de 2006 al trofeo conquistado con la selección mexicana en la edición no oficial de la Copa Confederaciones de 1999 frente a la imponente Brasil. Por tal motivo, hoy recordamos la ilustre trayectoria de un ídolo: "San" Oswaldo Sánchez.

El espigado guardameta se sumó al nutrido acervo histórico de leyendas del Club Deportivo Guadalajara muy a pesar de sus inicios como canterano del acérrimo contendiente de la ciudad: Atlas y llegar procedente del eterno rival: América, en 1999 al redil. El entonces arquero suplente del legendario Jorge Campos en la selección mexicana cumplió una carrera de casi ocho temporadas con el Rebaño Sagrado hasta 2006, en la que consiguió hacerse con la titularidad del arco en el Tri para el Mundial de Alemania y lograr un título con los rojiblancos, todo en ese último año.

"San" Oswaldo Sánchez nació en la Perla Tapatía el 21 de septiembre de 1973 (47 años de edad) debutó como profesional el 30 de octubre de 1993 con Atlas en el empate 1-1 con Veracruz, luego de reemplazar a Miguel Fuentes por indicación del entonces desconocido técnico de los rojinegros: el argentino Marcelo Bielsa. En las dos temporadas siguientes se adueñó del arco y llamó la atención del América, con los que jugó desde el Torneo de Invierno 1996 hasta el Verano 1999, cuando pasó a las Chivas en un año en que se realizaron hasta seis transferencias entre los eternos rivales del futbol mexicano y que incluyó el polémico traspaso del volante Ramón Ramírez a las Águilas.

¿Cómo forjó su leyenda en Chivas?

Sánchez levantó el glorioso título del Apertura 2006 en una gesta épica con las Chivas (JAM media)

El guardameta tapatío, de 1.83 metros de estatura, siempre destacó por sus grandes reflejos en las jugadas de mano a mano y por el que se ganó el apodo de "San Oswaldo", el cual le fue otorgado por la afición del Guadalajara, durante su estadía en el redil. Se estrenó con el Rebaño Sagrado, el 15 de agosto de 1999, en la victoria 2-0 sobre Monarcas en Morelia. Disputó su primera final de Liga MX en el Clausura 2004 y que definió en la tanda de penales el título para los Pumas de la UNAM, pero la revancha llegó dos años más tarde, en aquel épico Torneo Apertura 2006. El 10 de diciembre de ese año, luego de vencer en el repechaje a Veracruz y dejar más adelante en el camino también a Cruz Azul (Cuartos de Final) y América (Semifinal), se enfrentó en la Gran Final a Toluca. La ida terminó empatada 1-1 en el Estadio Jalisco y se decidió el campeonato en el Estadio Nemesio Díez, donde se impusieron 2-1 y como capitán, Oswaldo Sánchez levantó ese trofeo inolvidable.

En una nota de Rebaño Pasión reconoció que "comparto su sentir, pero me ganan más los recuerdos del primer amor, el haber levantado mi primer título con Chivas en La Bombonera (Toluca) es algo que llevo siempre conmigo", con el que revivió el campeonato obtenido en el Torneo Apertura de 2006 en el Estadio Nemesio Diez. Una gesta épica que inscribió a cada uno de los integrantes de ese equipo en un capítulo de la legendaria historia de la institución rojiblanca y por el que se ganó un lugar en el corazón de los chivahermanos. Un camino que se recordó con insistencia en el Guard1anes 2020, pues en ambas ocasiones, Chivas inició su trajinar al título desde la repesca, aunque en aquella ocasión terminaron con el trofeo en sus manos.

Sánchez, apenas ocho días después de ser campeón, el 18 de diciembre de 2006, se anunció su salida del Rebaño Sagrado y su traspaso a Santos Laguna, para terminar una etapa de 272 partidos de Liga MX, 15 encuentros de Copa y 37 duelos internacionales, registrando un total de 324 juegos como rojiblanco y ha sido comparado con los legendarios porteros de la institución tapatía como Ignacio Calderón y Jaime David "Tubo" Gómez. Posee la distinción de ser el futbolista con más presencias en la historia de la Primera División de México, superando el récord impuesto por Benjamín Galindo (697) y se erigió como el "caballo de hierro" del futbol mexicano al totalizar 725 partidos, en una exitosa carrera como profesional.