Atlas consiguió su primer campeonato durante la temporada 1950-1951, cuando una victoria sobre Chivas dio al equipo rojinegro los puntos suficientes para hacerse del título en el torneo largo. Se trató de un polémico triunfo, misma que provocó que el portero del Rebaño Sagrado, Jaime Tubo Gómez, maldijera a los Zorros, a quienes garantizó que no ganarían otra corona en el futbol mexicano en 50 años.

De hecho, el presagio del guardameta se prolongó 20 años más y fueron 70 los que tuvieron que esperar los de la Academia para volver a saborear las mieles del éxito recién en 2021. Pero más allá del título y el augurio del Tubo, aquel 22 de abril de 1951, ocurrió una tragedia que marcó al Club Deportivo Guadalajara.

Tragedia tras polémico título atilsta

Y es que tras el dudoso penal que terminó por convertirse en el gol del campeonato por parte de Edwin Cubero, en las tribunas, el directivo rojiblanco, Ángel Bolumar, fue víctima de un infarto al término del partido producto del impactante momento que acababa de presenciar.

Bolumar había asistido a la cancha de Oblatos en compañía de su señora esposa para presenciar el juego entre el Guadalajara y el Atlas. Según versiones, Ángel ya estaba afectado del corazón, pero por la impresión que le causó la rigurosa decisión del árbitro Cuate Salceda, al marcar la pena máxima al Rafles Orozco del Guadalajara, su órgano vital no soportó más.

El directivo de Chivas perdió la vida camino al hospital

Al dirigente español se le produjo un sincope cardíaco, el cual le causó la muerte. Ángel Bolumar fue sacado en camilla del estadio y lo trasladaron rumbo a la Cruz Roja en Almeda y Juan Manuel, pero ya no tenía vida cuando estaba por llegar al nosocomio, luego de que fueran infructuosas las atenciones médicas que se le brindaron.

El parte médico rendido por el doctor Gabriel Camarena Gómez señaló que Bolumar fue víctima de miocarditis neumática. Su cadáver fue trasladado a la casa donde vivía, en la Avenida Madero 686, donde su esposa y familiares le rindieron el último adiós, para después ser enterrado en el Cementerio Municipal de la Perla de Occidente.

Tubo y compañía se encargaron de hacer valer su profecía y no solo impidieron que Atlas se coronara durante la dinastía rojiblanca que comenzó al poco tiempo, sino que también forjaron al llamado Campeonísmo, equipo de época que llevó ocho trofeos a las vitrinas del Club Deportivo Guadalajara.